CUIDADO DE LAS ARTERIAS
Las enfermedades de las arterias pueden causar serios
problemas. Cuando se obstruyen, la falta de riego sanguíneo es causa de la
muerte del tejido que depende de ellas. Por su frecuencia, mencionaremos lo que
puede suceder en las piernas, el corazón y el cerebro.
Si se ocluye una arteria de las piernas, puede
aparecer dolor en las pantorrillas al caminar una o dos cuadras, que obliga a
detenerse. Si la enfermedad progresa sin tratarla, aparece necrosis (muerte de
los tejidos) de los dedos de los pies y puede ser necesario llegar a la
amputación.
En el corazón, la oclusión de las arterias coronarias
produce dolor, insuficiencia cardíaca o muerte súbita, y muchas veces las
enfermedades cardíacas provocan lesiones cerebrales.
Cuando se tapa o se rompe una arteria en el cerebro,
se produce un infarto (por falta de irrigación) o una hemorragia (por la rotura
de la arteria). Esto puede causar una parálisis de un lado del cuerpo
(hemiplejía), con una pérdida del lenguaje (afasia), confusión mental u otros
defectos.
El mejor tratamiento es prevenir el daño arterial y
para ellos es necesario mantener un control permanente de los factores de
riesgo:
- Exceso
de grasas en la sangre (hiperlipidemia), con aumento del colesterol o
triglicéridos. Este riesgo se evita mediante dieta, ejercicio y, en las
mujeres, con terapia de sustitución hormonal en la postmenopausia (cuando
cesan sus sangramientos menstruales).
- Presión
arterial elevada (hipertensión arterial), que puede no producir ninguna
molestia hasta que se produce una hemorragia cerebral u otra afección
grave. Se puede prevenir disminuyendo la ingesta de sal, evitando la
obesidad y realizando alguna actividad física en forma regular. Es muy
importante detectar la hipertensión arterial antes que produzca
complicaciones. Para ello, conviene realizar controles preventivos, como
parte de chequeos de salud que deben practicarse en todos los adultos.
- Presión
arterial normal: máxima menos de 135 mm Hg. Mínima
menos de 85 mm Hg
- Falta
de actividad física, que hace perder capacidad funcional de los músculos,
de las articulaciones, del corazón y de los pulmones. Obesidad, que muchas
veces se asocia a excesos de grasas en la sangre y falta de actividad
física.
- Exceso
de azúcar en la sangre (diabetes mellitus), que puede producir daño
arterial, trastornos metabólicos, etc. Las personas con riesgo de
desarrollar diabetes mellitus (adultos mayores, familiares de enfermos
diabéticos, obesos), deben practicarse exámenes periódicos de sangre que
lleven al diagnóstico antes de que aparezcan los síntomas.
- Deben
evitarse el sobrepeso y la falta de ejercicio.
- Debe
controlarse la presión arterial, y los niveles de azúcar en la sangre.
- Debe consultar con urgencia en caso de dolor al pecho, debilidad de un lado del cuerpo, confusión mental o pérdida de la visión.
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