La pérdida y mal estado de los dientes se debe a caries
o trastornos de las encías y raíces dentarias. Estas alteraciones pueden
acompañarse de sequedad de boca, pérdida del gusto y otros trastornos. Las
caries y la pérdida de los dientes tienen consecuencias en la apariencia y en
la función de la boca. Provocan dolor y dificultades para la alimentación.
Cuando existe pérdida total de la dentadura es frecuente que el adulto mayor
deje de ingerir una alimentación balanceada.
Para evitar las caries es fundamental el aseo de la
boca después de cada comida, usando un cepillo cuyas cerdas conserven la
elasticidad. El cepillado debe ir de la encía al borde libre del diente, para
arrastrar todos los restos de alimentos; y puede ser seguido de enjuagatorios.
Es recomendable complementar el cepillado con el uso de enjuages bucales dental.
Cuando existe pérdida de dientes debe recurrirse a las
prótesis (puentes o placas). Esto exige un aseo aún más cuidadoso de la boca,
de la prótesis y de la dentadura restante después de cada comida. El desaseo
puede llevar a irritaciones e infecciones. Es necesario tener presente que la
prótesis puede perder su adaptación por desgaste de los tejidos de la boca o la
mandíbula. El uso de prótesis tiene grandes ventajas, ya que el adulto mayor se
ve entorpecido en su vida social, se ve mal, pronuncia mal y al no poder masticar
se limita en la alimentación.
En los adultos mayores se recomienda un control dental
cada seis meses y control de las prótesis cada dos años, o en cualquier momento
que aparezcan molestias.
- Cuide
sus dientes, influyen en su imagen y su alimentación.
- El
control dental periódico le favorecerá.
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