Problemas de Conducta.
Los problemas subyacentes que contribuyen a la confusión deben identificarse y tratarse. Entre ellos están la insuficiencia cardíaca, niveles bajos de oxígeno (hipoxia), trastornos tiroideos, anemia, trastornos nutricionales, infecciones y condiciones siquiátricas (como la depresión).
El tratamiento de estos trastornos médicos y siquiátricos con frecuencia mejora en gran manera la función mental del paciente.
Puede requerirse la administración de medicamentos para controlar conductas agresivas, agitadas o peligrosas. Por lo general, se prescriben en dosis bajas y deben ajustarse a las necesidades del paciente.
Las terapias de modificación de conducta pueden ser útiles para controlar la conducta inaceptable o peligrosa en algunas personas y consisten en recompensar las conductas positivas mientras se ignoran las inapropiadas (dentro de los límites de seguridad).
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