viernes, 29 de junio de 2012

Conclusion




VIVIR CON ARMONIA

FRASES
Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.

Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.

La edad madura es aquella en la que todavía se es joven, pero con mucho más esfuerzo.

No ha de ser dichoso el joven, sino el viejo que ha vivido una hermosa vida
POEMA


TESORO DE RUBEN DARIO
Juventud Divino Tesoro - Poema a la Juventud
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña,
en este mundo de duelo y de aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura

hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño.

Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,

Herodías y Salomé...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.
Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,

con sus dientes el corazón.

Poniendo en un amor de exceso

la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.

¡Y las demás! En tantos
climas, en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa

que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo
terco, mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco a los
rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
¡Mas es mía el Alba de oro!











Nunca te des por vencido la vida es como un camino duro y largo donde van a haber obstáculos pero siempre tienes que acabar tu meta, conseguir la verdadera felicidad y ser un triunfador. Siente feliz por todo lo que haz logrado y si aun no lo haz hecho aprovéchala… la vida es muy corta pero esta llena de sabiduría. Quiere a las personas que te rodean y nunca olvides que siempre estarán para apoyarte.
                                                           DIANA PEÑA ALVARADO

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